De cosecha propia
- Elegir I
- Elegir II
- Elegir III
- Jaque pastor
- La exposición
- Las uñas de mis pies
- Listas
- Mercenario
- Misión cumplida
- Operaciones
- ¿Quién quiere ser famoso?
- Un Instante
Recopilación subjetiva
- Al incontable lector
- Amor hasta la muerte
- Barbanegra
- Casualidad
- Centrifugado
- Confusión
- Córtame el nudo, Gordiano
- De botellas y de barcos
- Descansos de la escritura
- El baile
- El cóndor posa
- El despistado
- El equilibrio del mundo
- El fantasma
- El globo
- El hombre invisible
- El método deductivo
- El papá y los chicos
- En una exposición
- Escultura
- Fe de ratas
- Fusilamiento preventivo
- Huellas
- Huyamos
- La afrenta
- La casa despierta
- La duda
- La gramática del perro
- La hormiga en el asfalto
- La mano
- La memoria confusa
- La mujer de crin
- La soledad
- Las que miran hacia atrás
- Mi esquizofrenia
- Mundos para-lelos
- Narciso
- Novela de terror
- Numeración incorrecta
- Ocaso de un imperio
- Propuesta
- Ropa Usada I
- Rememoración final
- Solipsismo
- Sorprender
- Transmigración
- Último cuento
- Un indivíduo humilde, modesto
- Una página muy roja
"En un lugar de la mente, de cuyo nombre no logro acordarme..."
Al Z. Heimer
Al incontable lector
Los veinticinco microrrelatos que integran este librito son combinaciones de cien palabras. Usted dirá, y a quién le importa cuántas palabras tiene un relato. Yo le diré que la exactitud es un mérito. Usted me replicará que quiere leer textos buenos, no textos exactos. Yo le diré que es difícil dictaminar la bondad o maldad de un texto, en cambio, es fácil contar la cantidad de palabras. Usted alegará que no quiere comprobar, que quiere leer, simplemente leer. Yo le diré que entiendo su lógica, pero que nuestro diálogo debe terminar porque ya hemos empleado cien palabras.
Fabián Vique
© 2009