"Todo lo que no te mata, te hace más fuerte" "En un lugar de la mente, de cuyo nombre no logro acordarme..." |
FirmeNo sé qué escribir, pero mi mano y mi amargura controlan el pulso de mi existencia. En este momento mi sangre es la tinta que corre por este bolígrafo y que se derrama por el papel (En un futuro inmediato ¡ya! estará impreso y estas primeras líneas habrán perdido su sentido estricto, pero no el figurado). El mundo se hunde bajo mis pies, y me hallo flotando en un mar de dedos apuntando hacia mí. No puedo huir, ni quejarme; yo lo empecé y he de cargar con todo lo que ocurra. Si se enciende una mecha que no se quiere cortar has de ponerte a salvo de la explosión, o exponerte. O exponerte. Maldita sea la hora en que el resplandor dorado de la emancipación se convirtió en fuego. Y maldita la mecha que entre todos tejimos. Pero no he de quejarme. Buscando el Paraíso encontré un manzano y me arriesgué a arrancar uno de sus frutos. Un rayo lo carbonizó. Alcé la vista y ya no vi más manzanas, ni ramas, ni cielo; sólo vacío. Bajé la mirada y ya no vi ni árbol, ni césped, ni suelo; sólo vacío. ¿Me estaba volviendo ciego? Intenté tocar lo que no veía, pero no palpaba nada. ¿Acaso perdí el tacto? Intenté escuchar aunque fueran sólo mis latidos; sólo silencio. ¿Me estaba volviendo sordo? Intenté oler, degustar, sentir; sólo nada, solo. ¿Acaso estaba muerto? No, fue sólo el impacto de la realidad, cruda, desmesurada, sin remilgos, advirtiéndome de su presencia, y de su poder. De improviso me ha retado Así sea. David Tomé |
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